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La prolongada sequía que afecta a Honduras en 2025 ha generado una creciente preocupación entre los productores agrícolas

 


La prolongada sequía que afecta a Honduras en 2025 ha generado una creciente preocupación entre los productores agrícolas, quienes advierten sobre una posible crisis en la producción de granos básicos como maíz, frijol y arroz, fundamentales para la seguridad alimentaria del país. Esta situación, reportada el 7 de septiembre de 2025 por Proceso Digital, se atribuye a la ausencia de lluvias durante la primera quincena de agosto, un período crítico para la siembra de la cosecha de postrera. A continuación, se presenta un análisis detallado y exhaustivo basado en información reciente, incluyendo datos de producción, impactos del cambio climático, políticas agrícolas y conexiones con los temas previamente solicitados.Contexto de la Crisis por Sequía en 2025Honduras, un país altamente vulnerable al cambio climático, enfrenta desafíos recurrentes debido a fenómenos meteorológicos extremos, como sequías prolongadas y lluvias intensas asociadas a eventos como El Niño y La Niña. En 2025, la ausencia de lluvias durante el período esperado (15 de agosto al 15 de septiembre) ha retrasado la siembra de postrera, que representa una parte significativa de la producción anual de granos básicos. Según Guillermo Cerritos, exdirector de la Federación Nacional de Agricultores y Ganaderos de Honduras (Fenagh), esta irregularidad climática podría reducir drásticamente la producción, aumentando la dependencia de importaciones, especialmente de arroz (hasta un 90% del consumo nacional).

Producción de Granos Básicos: Datos y TendenciasLos granos básicos (maíz, frijol, arroz y sorgo) son fundamentales para la dieta hondureña, constituyendo más del 60% de la ingesta alimentaria en zonas rurales y representando el 8.7% del PIB agropecuario del país, con unos 300,000 empleos permanentes. Sin embargo, la producción ha mostrado una tendencia decreciente en los últimos años debido a factores climáticos, altos costos de insumos y falta de políticas públicas efectivas. A continuación, se detallan los datos más recientes:

 

Maíz:En 2023, Honduras produjo 15.9 millones de quintales, un récord histórico, frente a los 15.1 millones de 2022.

 

Para 2024, la producción cayó a aproximadamente 7 millones de quintales, muy por debajo de la demanda nacional de 22-26 millones, lo que obliga a importar maíz amarillo de EE. UU..

 

En 2025, la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG) proyectó una producción de 13.5 millones de quintales, pero la sequía podría reducir significativamente esta cifra.

 

Frijol:La producción de 2023 alcanzó 3.4 millones de quintales, la más alta en años recientes, frente a 2.9 millones en 2022.

 

En 2024, la cosecha de primera (mayo-junio) se estimó en solo 700,000 quintales, frente a una expectativa de 1.5 millones, debido a una canícula prolongada de 23 días en regiones como el Valle de Jamastrán, El Paraíso.

 

Para 2025, se proyectaron 2.9 millones de quintales, pero la sequía amenaza con reducir la producción a 1.2 millones, frente a una demanda de 2.1-2.4 millones, lo que requiere importaciones desde Nicaragua.

 

Arroz:La producción de arroz ha disminuido drásticamente: en 2023, se cosecharon 769,000 quintales, frente a 1.1 millones en 2022 y 1.4 millones en 2020.

 

En 2024, la producción fue de 502,087 quintales, y para 2025, se estima que no superará los 400,000 quintales, un 66% menos que en 2015 (1.575 millones de quintales).

 

Honduras consume unos 5 millones de quintales de arroz al año, de los cuales el 90% se importa de EE. UU., lo que agrava la dependencia externa.

 

Sorgo:La producción en 2023 fue de 350,000 quintales, y para 2025, se proyectan 547,000 quintales, aunque también está amenazada por la sequía.

Impacto de la Sequía y el Cambio ClimáticoLa sequía de 2025, exacerbada por el cambio climático, ha afectado especialmente el Corredor Seco, una región que abarca el sur, centro y occidente de Honduras. Según el Centro de Estudios Atmosféricos, Oceanográficos y Sísmicos (Cenaos), la canícula que comenzó en julio se extendió hasta mediados de agosto, más allá de lo previsto, reduciendo las precipitaciones en un período crítico para la siembra. Esto ha generado:

 

Pérdidas en la cosecha de primera: En regiones como El Paraíso, la ausencia de lluvias durante 23 días afectó el desarrollo de maíz y frijol, resultando en granos pequeños y mazorcas poco desarrolladas.

 

Retraso en la siembra de postrera: La falta de lluvias entre el 15 de agosto y el 15 de septiembre ha llevado a los productores a retrasar la siembra, aumentando el riesgo de pérdidas totales si las precipitaciones no llegan pronto.

 

Degradación de suelos: La sequía, combinada con la erosión y la falta de prácticas sostenibles, ha reducido la fertilidad de los suelos, afectando especialmente a pequeños productores que dependen de cultivos de subsistencia.

El cambio climático también ha alterado los patrones de lluvia, con proyecciones que indican una reducción del 50% en la producción de maíz y frijol hacia 2050 en algunas zonas, mientras que regiones de mayor altitud podrían beneficiarse de temperaturas más cálidas. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) reportó que, en años anteriores, la sequía afectó 281,000 hectáreas de maíz y frijol en el Corredor Seco de Centroamérica, comprometiendo la seguridad alimentaria de 2.1 millones de personas.

Factores AgravantesAdemás de la sequía, los productores enfrentan múltiples desafíos:Altos Costos de Insumos:Los precios de fertilizantes como la urea han aumentado significativamente desde la invasión de Rusia a Ucrania en 2022, pasando de 360-400 lempiras a hasta 1,000 lempiras por saco.

 

Los costos de producción han subido un 30%, y la mano de obra ha incrementado de 250 a 300 lempiras por jornalero.

 

Los altos costos de fletes marítimos y la competencia desleal de importaciones a cero aranceles (bajo el TLC CAFTA) dificultan la competitividad de los productores locales.

 

Falta de Sistemas de Riego:El 90% de los productores hondureños dependen de lluvias para sus cultivos, ya que carecen de acceso a sistemas de riego, lo que los hace extremadamente vulnerables a la sequía.

 

La Ley de Justicia Tributaria de 2023, que propuso eliminar exoneraciones fiscales para maquinaria y sistemas de riego, desincentivó la inversión en tecnologías que podrían mitigar los efectos de la sequía.

 

Pérdida de Productores:Entre 2018 y 2024, el número de productores de arroz disminuyó de 1,673 a 267, con muchos emigrando a EE. UU. debido a la desmotivación y las condiciones adversas.

 

La migración rural, impulsada por la pobreza y la inseguridad alimentaria, reduce la mano de obra disponible y la capacidad productiva del campo.

 

Falta de Políticas Públicas Efectivas:Los productores critican la ausencia de estrategias gubernamentales para revertir el déficit de producción y garantizar la seguridad alimentaria.

 

Aunque la SAG entrega el Bono Tecnológico a 200,000 productores, incluyendo semillas mejoradas y fertilizantes, su impacto es limitado frente a los desafíos climáticos y económicos

 

 


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