Xiomara Castro ejerce su voto en Catacamas y llama a la soberanía en medio de elecciones generales en Honduras
Catacamas, Olancho, Honduras – 1 de diciembre de 2025 – La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, cumplió este domingo con su deber cívico al emitir su voto en las elecciones generales de 2025, en un ambiente de paz y tranquilidad que ella misma destacó como un triunfo de la democracia hondureña. Acompañada por su esposo, el exmandatario Manuel Zelaya, Castro sufragó en el Centro Educativo Álvaro Contreras, en el barrio El Espino de Catacamas, Olancho, su tierra natal, depositando su voto en la urna 15-520.
En declaraciones a la prensa tras el proceso, Castro expresó su satisfacción por haber creado las condiciones favorables para que el pueblo hondureño acudiera a las urnas en un entorno de paz, seguridad y libertad. "El pueblo hondureño se volcará a las urnas bajo un ambiente de paz, seguridad y libertad", afirmó la mandataria, quien instó a los votantes a defender la soberanía nacional mediante su participación pacífica. Este llamado cobra especial relevancia en un contexto electoral marcado por tensiones políticas y denuncias de irregularidades, con más de 6.5 millones de hondureños habilitados para elegir al próximo presidente, diputados al Congreso Nacional y alcaldes municipales.
Un proceso electoral en el ojo del huracán
Las elecciones generales del 30 de noviembre representan un punto de inflexión para Honduras, el último país centroamericano en renovar su mandato presidencial este año. Castro, quien asumió el poder en 2022 como la primera mujer presidenta del país, no busca la reelección, pero su legado está en juego a través de la candidata de su partido, el Libertad y Refundación (Libre), Rixi Moncada, exministra de Finanzas y una de sus aliadas más cercanas. Moncada compite en un campo fragmentado con nueve candidatos principales, entre los que destacan Salvador Nasralla, del Partido Salvador de Honduras (PSH), y Nasry "Tito" Asfura, del Partido Nacional (PN), ambos con campañas centradas en la lucha contra la corrupción y la inseguridad.
El día transcurrió con una alta participación inicial, reportada por el Consejo Nacional Electoral (CNE) en más del 50% en las primeras horas, aunque incidencias como colas largas y fallos técnicos en algunos centros de votación generaron quejas. Observadores internacionales, incluyendo misiones de la Unión Europea y la OEA, monitorearon el proceso para garantizar su transparencia.
Denuncias de fraude sacuden los primeros resultados
A medida que avanzaba la jornada, el CNE activó el Sistema de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP), un mecanismo no vinculante diseñado para ofrecer una tendencia rápida con base en actas escrutadas. Sin embargo, el primer corte, con el 34.25% de las actas procesadas, desató una tormenta política.
Según los datos preliminares, Nasralla lideraba con alrededor del 35% de los votos, seguido de cerca por Asfura con un 32%, mientras que Moncada se ubicaba en tercer lugar con apenas un 19.2%. Este escenario representó un golpe inesperado para el oficialismo, que en encuestas previas posicionaba a Moncada como favorita.
Libre, el partido gobernante, rechazó de plano estos números y denunció un presunto hackeo al TREP, alegando manipulación externa para deslegitimar el proceso. Tanto Castro como Moncada habían advertido sobre posibles interferencias cibernéticas horas antes de la publicación de los resultados, llamando a la ciudadanía a "defender el voto" en las actas físicas. "Lo que en realidad expresa la voluntad del pueblo son las actas y eso es lo que tenemos que esperar", enfatizó Castro en su rueda de prensa post-voto, al ser consultada sobre los preliminares, recordando que el TREP "no es vinculante, es una medicion".
La controversia se extendió a redes sociales, donde simpatizantes de Libre compartieron imágenes de actas supuestamente alteradas y videos de colas en centros de votación, mientras opositores celebraban el aparente "fin del comunismo" en Honduras. Un post viral mostró una imagen manipulada de Castro votando por Nasralla, desmentida rápidamente por verificadores como El Heraldo.
Reacciones y el legado en juego
El ministro de Vivienda, Octavio Pineda, uno de los funcionarios más populares del gobierno de Castro, aceptó los resultados preliminares con un mensaje de unidad en redes: "Ánimos, el trabajo debe continuar. Dios bendiga la pródiga tierra en que nací". Pineda, quien deja un legado en programas habitacionales, fue elogiado por su humildad y efectividad.
En el ámbito internacional, el giro a la derecha en América Latina se acentúa con estos comicios, donde candidatos conservadores como Asfura –apoyado por sectores cercanos a Donald Trump– buscan capitalizar el descontento con la economía y la seguridad bajo el mandato de Castro. La presidenta, por su parte, reiteró su compromiso con la democracia: "El pueblo se merece paz y tranquilidad en el momento de expresar su voluntad en los centros de votación".
A esta hora, el escrutinio continúa, con actualizaciones constantes del CNE que podrían alterar el panorama. Mientras tanto, Honduras espera el amanecer de un nuevo ciclo político, con el TREP como termómetro y las actas como árbitro final. El mundo observa si la "misión cumplida" de Castro en las urnas se traduce en un relevo ordenado o en una batalla postelectoral que ponga a prueba las instituciones democráticas del país.
