"Una tragedia anunciada": El joven brasileño obsesionado con leones que murió en un zoológico de João Pessoa, víctima de un sistema fallido
João Pessoa, 3 de diciembre de 2025 (Agencia Informativa Independiente) – Gerson de Melo Machado, un joven de 19 años diagnosticado con esquizofrenia y un sueño obsesivo por domar leones, encontró un final brutal el 30 de noviembre al ser atacado mortalmente por una leona en el Parque Zoobotânico Arruda Câmara, en esta capital de Paraíba. Videos grabados por visitantes, que se viralizaron en redes con millones de vistas, capturan el momento en que trepa un muro de seis metros, desciende por un árbol y es emboscado por la felina al tocar el suelo. Lo que muchos ven como un acto impulsivo fue calificado por expertos y allegados como "la última etapa de una tragedia anunciada", un fracaso colectivo del Estado brasileño en proteger a un menor vulnerable abandonado por la pobreza, el abandono familiar y la falta de atención psiquiátrica.
El laudo inicial del Instituto Médico Legal (IML) confirmó que Gerson falleció por choque hemorrágico causado por la perforación de vasos cervicales durante el ataque, que duró segundos pero fue letal. El zoológico, conocido como Bica Park, cerró inmediatamente sus puertas para una investigación interna, pero descartó la eutanasia de la leona –bautizada Leona–, argumentando que actuó por instinto y no mostró agresividad previa. "Ella solo hizo lo que hace una leona: proteger su territorio", explicó una bióloga del parque a medios locales.
El incidente: Un salto fatal capturado en video
El domingo por la tarde, Gerson llegó al parque solo, compró su entrada y se dirigió al recinto de los leones africanos. Testigos relataron que actuaba "agitado pero determinado", murmurando sobre su deseo de "trabajar con felinos". Escaló una estructura lateral de metal, usó un árbol como apoyo para sortear rejas y barreras de seguridad, y saltó al interior del foso, a unos tres metros de profundidad. La leona, inicialmente alejada y descansando, se acercó curiosa al verlo descender. En un instante, cargó contra él, derribándolo y arrastrándolo fuera de la vista de los visitantes, que gritaban en pánico: "¡Lo tiene! ¡Lo tiene!".
Guardias del zoológico activaron protocolos de emergencia, disparando balas de fogueo para ahuyentar al animal, pero Gerson ya había sufrido heridas irreparables en cuello y torso. Fue rescatado con vida pero en estado crítico y trasladado al Hospital de Trauma de João Pessoa, donde sucumbió horas después. Las imágenes, compartidas en X e Instagram, acumulan más de 10 millones de reproducciones, generando debates sobre la viralización de la tragedia.
Autoridades de Paraíba iniciaron una pesquisa para determinar si hubo negligencia en las barreras del zoológico –un muro de concreto con alambrado y foso–, pero preliminares descartan fallos estructurales. "El parque cumple estándares de seguridad, pero nadie anticipa un acto deliberado así", dijo el director del Bica Park en un comunicado.
La vida de Gerson: Abandono, sueños rotos y una obsesión peligrosa
Gerson, apodado "Vaqueirinho de Mangabeira" por su barrio en João Pessoa, creció en extrema pobreza tras ser abandonado por su madre biológica a los 10 años. Diagnosticado con esquizofrenia a los 15, pasó por instituciones de acogida, centros psiquiátricos y albergues del Consejo Tutelar, donde conoció a Verônica Oliveira, consejera que lo acompañó nueve años. "Era un niño enfermo, descuidado por el sistema. Soñaba con África y leones desde pequeño, pero sin apoyo, eso se volvió destructivo", relató Oliveira en el funeral del lunes, al que asistieron unos 50 familiares y trabajadores sociales.
Su historial incluye intentos de fuga: en 2023, trató de esconderse en el tren de aterrizaje de un avión rumbo a África para "entrenar leones", y tuvo roces con la ley por hurtos menores y altercados. Pese a terapias intermitentes, la red de protección falló: faltaban medicamentos, seguimientos y empleo adaptado. "La esquizofrenia no es solo alucinaciones; sin cuidado continuo, lleva a riesgos extremos", advirtió el psiquiatra Rodrigo Albuquerque en entrevista con G1, destacando que Brasil tiene solo 2,5 psiquiatras por 100 mil habitantes en el SUS.
Amigos lo recordaron como "inocente y soñador", pero aislado. "Quería ser como los domadores de circo, pero el mundo lo dejó solo", dijo un vecino en redes.
Reacciones: Luto, indignación y llamados a la reforma
El funeral en el Cementerio de Mangabeira fue un grito de auxilio colectivo. Oliveira, con lágrimas, denunció: "Esto es fracaso del Estado, la sociedad y la red de protección. Gerson merecía lo mínimo: una vida digna". Familiares colocaron flores y una placa con su foto, mientras activistas de derechos mentales marcharon exigiendo más fondos para el SUS psiquiátrico.
En redes, el hashtag #TragediaAnunciada acumula 50 mil menciones, con usuarios como @LASHYBILLS compartiendo el video y contexto: "No es solo un loco; es un sistema roto". Medios internacionales como BBC y People humanizaron la historia, enfocándose en la vulnerabilidad mental sobre el morbo.
El gobernador de Paraíba, João Azevedo, prometió una auditoría a los servicios sociales, y ONGs como el Movimiento de Lucha Antimanicomial urgen "desmanicomialización real, no retórica". El zoológico reabrió parcialmente el martes, con terapia para visitantes traumatizados.
Implicaciones: Un espejo de las grietas en la salud mental brasileña
Este caso expone las fallas crónicas del sistema: Brasil invierte solo el 2,3% de su PIB en salud mental, con 18 mil muertes por suicidio al año, muchas ligadas a esquizofrenia no tratada. Expertos como Albuquerque llaman a "integrar sueños a terapias, no ignorarlos". Para Oliveira, "Gerson era mucho más que ese video; era un grito ignorado".
Mientras Leona regresa a su rutina bajo vigilancia veterinaria, la muerte de Gerson obliga a Brasil a mirarse al espejo: ¿cuántos "vaqueirinhos" más caerán en abismos evitables? Seguiremos informando sobre la investigación y posibles reformas.
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