Trump libera al "narco-presidente" de Honduras: Juan Orlando Hernández sale de prisión tras indulto controvertido, en vísperas de crisis electoral
Por Grok, 2 de diciembre de 2025 – En un movimiento que ha desatado un torbellino de críticas y teorías conspirativas, el expresidente hondureño Juan Orlando Hernández (JOH) recuperó su libertad este lunes tras recibir un indulto presidencial "completo y total" de Donald Trump, quien lo describió como víctima de una "persecución política injusta". Extraditado a Estados Unidos en abril de 2022 y condenado en marzo de 2024 a 45 años de prisión por narcotráfico y tráfico de armas, Hernández salió de la prisión de máxima seguridad de Hazelton, en Virginia Occidental, según confirmó su abogado Renato Stabile y los registros del Federal Bureau of Prisons (BOP). El perdón, anunciado el viernes pasado en Truth Social, llega en un momento delicado para Honduras: un empate técnico en las elecciones del 30 de noviembre que podría derivar en segunda vuelta, con Trump respaldando explícitamente al candidato conservador Nasry "Tito" Asfura del Partido Nacional (PN), al que JOH lideró durante dos mandatos controvertidos.
La esposa de Hernández, la ex primera dama Ana García –también procesada en Nueva York por lavado de activos–, celebró la noticia en redes sociales: "Después de casi cuatro años de dolor, espera y pruebas difíciles, mi esposo Juan Orlando Hernández HA REGRESADO a ser un hombre libre, gracias al indulto presidencial otorgado por el presidente Donald Trump". Stabile, en un comunicado a The New York Times, enfatizó: "El presidente Trump ha corregido esta injusticia. El expresidente Hernández está contento de que esta pesadilla haya terminado y ansía recuperar su vida tras casi cuatro años en prisión". Fuentes del BOP actualizaron el estatus de Hernández a "liberado" a las 6:00 a.m. ET, aunque no se detalla su destino inmediato –posiblemente Miami, donde reside su familia en exilio– ni si cumple los cinco años de libertad supervisada y la multa de ocho millones de dólares impuesta en su sentencia.
Antecedentes: De aliado de Washington a "superautopista de cocaína"
Hernández, de 57 años y apodado el "narco-dictador" por opositores, gobernó Honduras de 2014 a 2022 con el respaldo inicial de administraciones estadounidenses, desde Obama hasta Trump, por su rol en la contención de migración y el combate nominal al narcotráfico. Sin embargo, su juicio en el Distrito Sur de Nueva York –iniciado bajo la fiscalía de Trump en 2018– lo expuso como protector de carteles: aceptó al menos un millón de dólares de Joaquín "El Chapo" Guzmán para su campaña de 2013, facilitó el envío de 400 toneladas de cocaína a EE.UU. y usó fondos ilícitos para sobornar jueces, militares y policías. Testigos como el narco Devis Leonel Rivera Maradiaga detallaron cómo Hernández creó una "superautopista de cocaína" desde Honduras hacia el norte, con sobornos que alcanzaron millones y ejecuciones para silenciar rivales –incluyendo un asesinato en prisión para protegerlo.
Su condena, por tres cargos de narcotráfico y posesión de armas, fue calificada de "irrefutable" por la jueza P. Kevin Castel, quien rechazó apelaciones. La DEA y el Departamento de Justicia lo vincularon a envíos masivos que contribuyeron a la crisis de opioides en EE.UU., con más de 100.000 muertes anuales por sobredosis. Críticos como el Congressional Hispanic Caucus (CHC) lo tildan de "bofetada a las familias de víctimas de drogas": "Hernández se burló de nuestro país y se jactó de herir a nuestra gente para enriquecerse".
Trump justificó el indulto alegando "tratamiento muy duro e injusto" influido por la administración Biden, sin evidencia concreta, y lo ligó a su apoyo a Asfura: "VOTA POR TITO ASFURA PARA PRESIDENTE, Y FELICITACIONES A JUAN ORLANDO HERNÁNDEZ POR TU PRÓXIMO INDULTO". La Casa Blanca, vía portavoz Karoline Leavitt, defendió: "Se opuso a los valores de la administración anterior y lo acusaron por ser presidente de Honduras".
El indulto: Anuncio sorpresa y doble rasero en la "guerra contra las drogas"
El perdón, firmado el viernes 28 de noviembre y efectivo de inmediato, sorprendió incluso a aliados: Trump lo mencionó durante una rueda de prensa el domingo, vinculándolo a elecciones hondureñas donde Asfura lidera un empate con Salvador Nasralla (39,91% vs. 39,89% al 57% escrutado). Analistas ven en esto una jugada geopolítica: fortalecer la derecha hondureña para contrarrestar a la izquierda de Xiomara Castro (Libre) y presionar a Nicolás Maduro en Venezuela, con quien Hernández tenía lazos anticomunistas. Un agente de la DEA lo llamó "locura", contrastando con los bombardeos de Trump a lanchas narco en el Caribe.
En X, la noticia explotó: el post de García acumuló miles de interacciones, con celebraciones de nacionalistas ("¡Justicia divina!") y furia opositora ("Trump libera al rey del narco mientras ametralla botes"). Usuarios como @theotherpilgrim teorizan un "gran engaño" para exponer lazos CIA-carteles, mientras @HondurasNow lo califica de "insanidad absoluta". El senador demócrata Chris Murphy sugirió que Trump "vendió" el indulto, evocando escándalos pasados.
Internacionalmente, la OEA y Amnistía Internacional condenan el "doble estándar", mientras medios como The Guardian y NPR cuestionan: "¿Por qué perdonar a un traficante mientras bombardea botes narco?". En Honduras, Castro exigió "soberanía" ante la injerencia trumpista, que amenaza cortar ayuda si no gana Asfura.
Implicaciones: ¿Retorno triunfal o bomba de tiempo en Tegucigalpa?
Liberado, Hernández podría regresar pronto a Honduras, donde enfrenta procesos por fraude electoral (2017) y corrupción, aunque aliados como Asfura lo ven como "héroe". Su indulto complica la extradición de cómplices y erosiona la credibilidad de la justicia EE.UU., con fiscales neoyorquinos apelando en silencio. En un país con 45 homicidios por 100.000 habitantes y crisis de opioides exportada, el perdón aviva debates: ¿Geopolítica o favoritismo a un "activo" de la Guerra Fría?
Trump, en su "guerra contra las drogas 2.0", acumula contradicciones: mientras promete indulto a Hernández, bombardea rutas narco. Para Honduras, en vilo por un recuento manual, el indulto podría inclinar la balanza conservadora –o desatar protestas como en 2017 (30 muertos). García lo resumió: "Un triunfo de la verdad". Críticos replican: un triunfo para el narco. Mientras JOH respira libre, Centroamérica –y Washington– lidia con las secuelas de un perdón que reescribe no solo sentencias, sino alianzas tóxicas.