¿Quiénes son Nasry Asfura y Salvador Nasralla? La disputa voto a voto por la Presidencia de Honduras en un recuento cargado de tensiones
**Tegucigalpa, Honduras – 1 de diciembre de 2025** – En un clima de alta polarización y acusaciones de fraude electoral, Honduras vive uno de los recuentos presidenciales más reñidos de su historia reciente. Los candidatos Nasry "Tito" Asfura, del Partido Nacional (PN), y Salvador Nasralla, del Partido Liberal (PL), se disputan la victoria con una diferencia de apenas unos miles de votos, mientras el oficialismo de izquierda queda rezagado en tercer lugar. Con más del 55% de las mesas escrutadas, Asfura mantiene una ligera ventaja, pero Nasralla recorta distancias en cada actualización del Consejo Nacional Electoral (CNE). Esta contienda no solo define el futuro político del país centroamericano, sino que también resuena en el escenario internacional, marcado por la injerencia explícita del presidente estadounidense Donald Trump, quien respaldó a Asfura y amenazó con recortar la ayuda bilateral si no gana su favorito.
Las elecciones generales del domingo 30 de noviembre, en las que más de 6.5 millones de hondureños estaban habilitados para votar, no solo eligieron al presidente para el período 2026-2030, sino también a 128 diputados al Congreso Nacional, 20 al Parlamento Centroamericano y 298 alcaldes municipales. Sin embargo, el foco está en la presidencia, donde el giro hacia la derecha parece inminente, con el Partido Libertad y Refundación (Libre), en el poder desde 2022 bajo Xiomara Castro, sufriendo un retroceso significativo al 19,42% de los votos. La contienda entre Asfura y Nasralla, ambos con trayectorias consolidadas en la política hondureña, promete extenderse al menos hasta el final de la semana, con observadores internacionales vigilando cada paso para evitar irregularidades.
## Nasry "Tito" Asfura: El empresario pragmático con acento en seguridad y obras públicas
Nasry Juan Asfura Zablah, conocido popularmente como "Tito Asfura" o "Papi a la Orden" por su estilo accesible y paternalista, es un veterano de la política hondureña con raíces en el sector privado. Nacido el 8 de junio de 1958 en Tegucigalpa, de ascendencia palestina, Asfura creció en un entorno de clase media y se formó como ingeniero civil, aunque su carrera despegó en el mundo de la construcción. Fundó la empresa Asfura y Asfura S.A., que se especializó en obras de infraestructura, lo que le valió una reputación de gestor eficiente antes de ingresar formalmente a la arena política.
Su trayectoria pública comenzó en 2009 como regidor en la Municipalidad de Tegucigalpa, escalando rápidamente a diputado suplente en el Congreso Nacional. En 2014, asumió la alcaldía de la capital, cargo que ocupó por dos períodos consecutivos hasta 2022. Durante su gestión, Asfura se destacó por programas de pavimentación, recolección de basura y asistencia social, ganando el apelativo de "Papi a la Orden" por su cercanía con los ciudadanos a través de redes sociales y visitas directas a barrios vulnerables. Sin embargo, su mandato no estuvo exento de controversias: enfrentó críticas por presuntas irregularidades en licitaciones de obras y acusaciones de nepotismo, aunque ninguna prosperó en los tribunales.
En 2021, Asfura fue el candidato presidencial del PN, el partido conservador que gobernó Honduras de 2010 a 2022 bajo Juan Orlando Hernández. Quedó en segundo lugar con el 38,9% de los votos, detrás de Xiomara Castro. Para las elecciones de 2025, emergió como el favorito de su partido en las primarias de marzo, impulsado por encuestas que lo posicionaban en tercer lugar inicialmente, pero que subestimaron su base leal en las zonas urbanas y rurales. Sus propuestas de campaña se centran en la reactivación económica post-pandemia, con énfasis en la creación de empleo a través de inversión extranjera, fortalecimiento de la seguridad ciudadana contra las maras y pandillas, y continuidad en programas de infraestructura. "Honduras necesita orden y progreso, no experimentos", ha repetido en mítines, apelando a un electorado cansado de la inestabilidad.
El respaldo de Donald Trump, quien lo ha calificado de "socio fiable" en publicaciones en X, ha sido un arma de doble filo. Menos de 48 horas antes de la votación, el mandatario estadounidense amenazó con recortar la ayuda financiera –que asciende a unos 200 millones de dólares anuales– si Asfura no gana, y anunció su intención de indultar a Hernández, condenado en EE.UU. por narcotráfico. Este apoyo ha impulsado a Asfura entre votantes conservadores, pero ha generado rechazo en sectores progresistas, que lo ven como una injerencia imperialista.
## Salvador Nasralla: El carismático presentador que encarna la lucha anticorrupción
Salvador Alejandro César Nasralla Salum, de 72 años, es una figura icónica en Honduras, donde su rostro es tan familiar por la televisión como por la política. Nacido el 30 de enero de 1953 en Tegucigalpa, de padres libaneses, Nasralla se graduó como ingeniero civil en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH). Su carrera despegó en los medios: como presentador de televisión y comentarista deportivo, fundó y dirigió el programa *Hoy Mismo* en Televicentro, donde se ganó fama por su estilo directo y confrontacional contra la corrupción y el crimen organizado. Conocido como "El Señor de las Encuestas" por su precisión en sondeos informales, Nasralla construyó un imperio mediático que incluye productoras y fundaciones filantrópicas.
Su salto a la política llegó en 2011 con la fundación del Partido Anticorrupción (PAC), un movimiento ciudadano que prometía transparencia y meritocracia. En 2013, compitió por la presidencia con el 13,4% de los votos, posicionándose como outsider. Cuatro años después, en 2017, lideró una alianza de oposición que casi derrota a Hernández, pero denunció fraude electoral, lo que lo catapultó como símbolo de resistencia. En 2021, se alió con Xiomara Castro como candidato a vicepresidente por Libre, contribuyendo a la victoria de la izquierda y asumiendo el cargo hasta 2024, cuando renunció por diferencias ideológicas.
Para 2025, Nasralla migró al Partido Liberal en una alianza con el PINU-SD, ganando las primarias con el 27% en encuestas previas. Su campaña, bajo el lema "Salvador Presidente: Vamos Honduras", enfatiza el empleo digno, la seguridad ciudadana, la transparencia gubernamental y el desarrollo sostenible. Propone reformas anticorrupción, como la creación de una comisión independiente para auditar fondos públicos, y un enfoque en la educación y salud accesible. "No soy de izquierda ni de derecha, soy del pueblo", ha declarado, apelando a un electorado centrista desencantado con el bipartidismo tradicional.
Nasralla se ha pronunciado enérgicamente contra las amenazas de Trump, llamándolas "una afrenta a la soberanía hondureña". Tras los primeros resultados, se declaró "ganador proyectado" basado en estimaciones internas de su equipo, y ha exigido un escrutinio "voto por voto" para garantizar la transparencia. Su carisma televisivo lo ha convertido en un fenómeno en redes sociales, donde acumula millones de seguidores en X y Facebook.
## Un contexto electoral marcado por la sombra de EE.UU. y las denuncias de fraude
La elección de 2025 marca el primer relevo pacífico de poder desde 2017, tras el controvertido mandato de Castro. Sin embargo, las sombras del pasado persisten: denuncias de manipulación en el Tribunal Regional Electoral Preliminar (TREP) han surgido desde anoche, con el oficialismo de Rixi Moncada –exministra de Finanzas y aliada de Castro– acusando al CNE de sesgo. Moncada, con el 19,1% de los votos, representa la continuidad de la agenda progresista, pero su retroceso refleja el desgaste del gobierno por escándalos de corrupción y la crisis económica, con una inflación del 5% y migración masiva.
Los resultados preliminares, al 55% escrutado, muestran a Asfura con el 40% (735.703 votos), Nasralla con el 39,78% (731.527 votos) y Moncada con el 19,1% (352.836 votos), una diferencia de solo 4.176 sufragios entre los punteros. En Tegucigalpa, bastión de Asfura, su ventaja es mayor, pero Nasralla domina en San Pedro Sula y zonas rurales. Observadores de la OEA y la UE han reportado incidentes menores, como retrasos en el conteo, pero insisten en que el proceso es "mayormente transparente".
La intervención de Trump ha exacerbado las divisiones: sus mensajes en X, donde tacha a Moncada de "comunista" y a Nasralla de "no fiable", han sido condenados por líderes regionales como el presidente argentino Javier Milei –quien paradójicamente respaldó a Asfura– y la Unión Europea. En Honduras, donde las remesas de EE.UU. representan el 27% del PIB, estas amenazas pesan sobre el electorado, especialmente en comunidades migrantes.
## ¿Qué está en juego para Honduras?
Esta elección trasciende fronteras: un triunfo de Asfura consolidaría el giro conservador, alineando a Honduras con la agenda de Washington en migración y narcotráfico, pero arriesga tensiones con aliados izquierdistas en la región. Nasralla, por su parte, promete un gobierno de coaliciones que impulse reformas sin extremismos. Mientras el CNE avanza en el recuento, miles de hondureños esperan en las calles de Tegucigalpa, con banderas azules (liberales) y blancos (nacionalistas) ondeando bajo una lluvia intermitente.
El veredicto final podría llegar en días, pero ya ha redibujado el mapa político de Centroamérica. En un país marcado por la pobreza (60% de la población) y la violencia (35 homicidios por 100.000 habitantes), la esperanza de cambio pende de un hilo –o de un voto.
