La Unión Europea se encuentra al borde de aprobar un plan histórico para utilizar los aproximadamente 300.000 millones de euros en activos rusos congelados tras la invasión de Ucrania en 2022, destinándolos a financiar la reconstrucción ucraniana y apoyo militar, una medida sin precedentes que enfrenta resistencia de Bélgica, sede de la mayor parte de esos fondos en Euroclear. Líderes de la UE debatirán la propuesta en su cumbre del 18-19 de diciembre de 2025, con 26 países a favor pero Bruselas preocupada por riesgos legales y represalias rusas contra activos europeos.
Mecanismo Propuesto
El plan implica confiscar solo los "ingresos extraordinarios" generados por los bonos rusos—estimados en 15.000 millones de euros anuales—en lugar de los capitales principales, canalizándolos vía un fondo especial para Ucrania bajo supervisión del G7. Apoyado por Alemania, Francia y Polonia, busca sortear objeciones legales al no violar directamente la inmunidad soberana, aunque Moscú lo califica de "robo" y amenaza con demandas y congelamientos recíprocos.
Controversias y Posiciones
Bélgica exige garantías contra litigios en sus tribunales, temiendo precedentes para activos de otros países; el Banco Central Europeo advierte de impactos en la confianza financiera global. Rusia acumula 260.000 millones en Euroclear, con dividendos bloqueados que Moscú reclama, mientras Ucrania urge fondos para daños estimados en 500.000 millones de euros.
Implicaciones Globales
Si aprobado, marcaría el primer uso de activos enemigos en tiempos modernos, fortaleciendo apoyo a Kiev pero escalando tensiones con Moscú y cuestionando el rol de la UE como garante financiero neutral. EE.UU. respalda vía su legislación REPO, pero Europa prioriza consenso para evitar fracturas internas.
