La expresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner fue operada de urgencia por un cuadro de apendicitis con peritonitis localizada en el Sanatorio Otamendi de Buenos Aires y se encuentra en recuperación, sin complicaciones postoperatorias según el primer parte médico oficial difundido por la clínica. Ingresó este sábado por la tarde con fuertes dolores abdominales compatibles con síndrome apendicular agudo, diagnóstico que se confirmó tras estudios y derivó en una cirugía laparoscópica realizada ese mismo día.
El cuadro clínico y la operación
De acuerdo con el comunicado firmado por la directora médica del Otamendi, Marisa Lanfranconi, Fernández de Kirchner llegó al sanatorio presentando dolores abdominales agudos que motivaron inicialmente una evaluación en su domicilio, donde cumple prisión domiciliaria, y luego su traslado autorizado por la Justicia para estudios más exhaustivos. Los exámenes confirmaron una apendicitis con peritonitis localizada, por lo que se decidió una intervención laparoscópica de urgencia, que finalizó en horas de la noche y permitió controlar el foco infeccioso.
Tras la cirugía, el parte médico indicó que la paciente “evoluciona hasta el momento sin complicaciones post operatorias” y permanecerá internada en observación, acompañada por su círculo más cercano, mientras se monitorean los parámetros habituales en este tipo de postoperatorios. Fuentes de su entorno señalaron que la operación “salió bien” y que el cuadro fue detectado a tiempo, reduciendo el riesgo de una peritonitis generalizada.
Traslado, situación judicial y contexto político
El traslado al Otamendi se realizó desde el departamento de la expresidenta en el barrio porteño de Constitución, donde cumple arresto domiciliario en el marco de la condena firme por defraudación al Estado en la causa de la obra pública, que incluye inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos y decomiso de bienes por unos 84.000 millones de pesos. La derivación requirió autorización judicial y se realizó bajo un protocolo de seguridad específico por su condición procesal.
En las inmediaciones del sanatorio se organizaron rápidamente vigilias de apoyo por parte de militantes y dirigentes del kirchnerismo, que se acercaron con banderas y mensajes de respaldo mientras se aguardaban novedades del parte médico. La intervención se produce en un contexto de alta tensión política por la situación judicial de la exmandataria y por el rol que todavía conserva como figura central del peronismo, lo que multiplica el impacto público de cualquier novedad sobre su salud.
Antecedentes de salud de Cristina Fernández
No es la primera vez que la salud de Cristina Fernández de Kirchner genera preocupación pública: en 2012 fue sometida a una cirugía para extirpar un tumor de la glándula tiroides en el Hospital Universitario Austral, y en 2013 le removieron una colección subdural crónica en la cabeza, también con amplia cobertura mediática. Más recientemente, en 2021, se realizó en el propio Sanatorio Otamendi una histerectomía, que hasta ahora era la última intervención importante conocida. Estos antecedentes explican el rápido despliegue de atención médica y política frente al nuevo episodio abdominal.
Próximos pasos en su recuperación
Los médicos prevén que, de continuar la evolución favorable, la exmandataria permanezca varios días internada antes de regresar a su domicilio para completar la recuperación con controles ambulatorios y restricción de actividad física. Voceros cercanos remarcan que el cuadro, si bien serio por la presencia de peritonitis localizada, fue abordado quirúrgicamente en tiempo y forma, por lo que no se esperan secuelas permanentes más allá del reposo y los cuidados habituales posteriores a una apendicectomía.
