Honduras abrió un nuevo frente diplomático al denunciar formalmente una presunta injerencia externa y graves irregularidades durante su reciente proceso electoral. El Gobierno informó que, por instrucciones de la presidenta Xiomara Castro, la Cancillería envió notas oficiales a organismos multilaterales y gobiernos aliados, señalando al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, así como la acción de grupos criminales y fallas en el sistema de transmisión de resultados.
Denuncia de injerencia y coacción
Según la comunicación oficial, el Ejecutivo hondureño acusa directamente al presidente estadounidense Donald Trump de interferir en las elecciones mediante declaraciones y acciones que, a juicio de Tegucigalpa, afectaron la libertad del voto y el clima político interno. El gobierno también sostiene que la población fue objeto de coacción a través de amenazas atribuídas a estructuras criminales, lo que habría limitado el ejercicio pleno de los derechos civiles y políticos. Asimismo, se denuncia el fracaso del sistema de transmisión y divulgación de resultados electorales, cuestionando la transparencia y confiabilidad del escrutinio.
Destinatarios de las notas oficiales
Las misivas diplomáticas fueron remitidas a seis instancias clave del sistema internacional y regional. Entre los destinatarios figuran Antonio Guterres, secretario general de la ONU, y Albert Ramdin, secretario general de la OEA, organismos con mandato en materia de paz, democracia y observación electoral. También se notificó a Volker Türk, alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, así como a las cancillerías de Colombia y Panamá, que ejercen las presidencias pro tempore de CELAC y la AEC, respectivamente, y al embajador Jürg Lauber, presidente del Consejo de Derechos Humanos en Ginebra.
Búsqueda de respaldo internacional
Con este movimiento, el gobierno hondureño busca abrir un expediente político y diplomático que documente lo que describe como presiones externas e internas contra la voluntad popular. El envío de notas a organismos multilaterales pretende activar mecanismos de observación y pronunciamientos internacionales, tanto sobre la presunta injerencia de un jefe de Estado extranjero como sobre el rol de grupos criminales en el proceso electoral. Al mismo tiempo, el señalamiento al sistema de transmisión de resultados apunta a una revisión técnica y política de la infraestructura electoral del país.
Implicaciones para la política interna y exterior
La denuncia eleva la tensión en la relación bilateral entre Honduras y Estados Unidos, al colocar en el centro de la controversia al propio presidente estadounidense. En el plano interno, el pronunciamiento refuerza el discurso oficial de que el proceso electoral estuvo marcado por presiones y fallas estructurales, lo que podría derivar en llamados a reformas profundas del sistema electoral. En el ámbito regional, la inclusión de CELAC, la AEC y el Consejo de Derechos Humanos abre la puerta a debates sobre soberanía, no injerencia y garantías democráticas en América Latina.