“Me llamó traidora”: el caso Epstein expone fracturas profundas en el movimiento MAGA y pone a Trump contra una de sus aliadas más leales
Washington, 20 de noviembre de 2025 – El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este miércoles la Ley de Transparencia de los Archivos Epstein, una norma bipartidista que obliga al Departamento de Justicia (DOJ) a publicar en un plazo de 30 días todos los documentos desclasificados relacionados con el difunto financiero y delincuente sexual convicto Jeffrey Epstein. La decisión, anunciada por el propio Trump en Truth Social, marca un giro radical respecto a su postura inicial y culmina meses de tensiones internas en el Partido Republicano y en el núcleo duro del movimiento MAGA (Make America Great Again).
La ley, aprobada el martes en la Cámara de Representantes por 427 votos a favor y solo 1 en contra (el republicano Clay Higgins, de Luisiana), y por consentimiento unánime en el Senado, obliga a la fiscal general Pam Bondi a divulgar archivos de las investigaciones federales sobre Epstein y su cómplice Ghislaine Maxwell, incluyendo comunicaciones internas y detalles sobre la muerte del financiero en una cárcel federal en 2019. Aunque permite retener información que afecte investigaciones activas o proteja a víctimas, prohíbe explícitamente ocultar datos por “vergüenza, daño reputacional o sensibilidad política”.
El cambio abrupto de Trump: de “asunto aburrido” a firma bajo presión
Durante gran parte de 2025, Trump minimizó el tema. En julio lo describió como “un asunto bastante aburrido” y advirtió que publicar documentos podría dañar a personas inocentes que simplemente conocían socialmente a Epstein en Palm Beach. En agosto, justificó la no divulgación alegando que “hay mucha gente que podría ser mencionada en esos archivos que no lo merece”.
El punto de inflexión llegó la semana pasada, cuando demócratas del Comité de Supervisión de la Cámara publicaron correos de Epstein que lo vinculaban con figuras poderosas, incluyendo menciones a Trump. Ante la evidencia de que decenas de republicanos votarían a favor de la ley, Trump cedió el domingo y alentó a su partido a apoyarla. “¡Hagan lo que quieran!”, dijo inicialmente, antes de respaldar explícitamente la votación.
Al anunciar la firma, Trump presentó la medida como propia iniciativa de transparencia y la usó para atacar a demócratas: “Jeffrey Epstein fue demócrata toda su vida (...) quizás pronto se revele la verdad sobre estos demócratas y sus vínculos con Epstein”. Citó asociaciones pasadas de Epstein con Bill Clinton (que voló 26 veces en su avión), Larry Summers y otros.
Analistas coinciden en que la presión de la base MAGA –que durante años exigió la “lista de clientes” de Epstein como prueba de un supuesto encubrimiento del “deep state”– obligó al presidente a retroceder. “Es un caso excepcional en el que políticos republicanos lograron forzar a Trump a cambiar públicamente de posición”, resumió un alto funcionario republicano.
La ruptura con Marjorie Taylor Greene: “Me llamó traidora por defender a las víctimas”
El episodio más dramático de esta saga ha sido el enfrentamiento público entre Trump y la congresista por Georgia Marjorie Taylor Greene, una de las figuras más fieles al MAGA desde 2019 y que lideró la rebelión interna para forzar la votación.
Greene, junto a los republicanos Thomas Massie (Kentucky) y un puñado más, firmó una petición de descarga que obligó al liderazgo republicano a llevar la ley al pleno. Trump respondió con dureza: retiró su apoyo a su reelección, la llamó “traidora” y “desgracia para el Partido Republicano”.
En una emotiva rueda de prensa el martes, flanqueada por víctimas de Epstein, Greene replicó: “Me llamó traidora por estar con estas mujeres y negarme a quitar mi nombre de la petición. Luché por él seis años, le di mi lealtad gratis, y ahora esto. Ver cómo esta historia se convirtió en una pelea ha destrozado a MAGA”. La congresista definió traidor como “quien sirve a intereses extranjeros o a sí mismo”, y patriota como quien defiende “a estadounidenses como las mujeres que están detrás de mí”.
Aunque Greene ha roto en otros temas con Trump (como financiamiento a Israel o aranceles), el caso Epstein ha sido el detonante más visible. “Es una de las cosas más destructivas para MAGA”, afirmó, mientras víctimas como Haley Robson y Jena-Lisa Jones aplaudían la votación como “el primer día real de ajuste de cuentas”.
Fracturas en el MAGA: cuando la base obliga al líder
El conflicto revela grietas profundas en el movimiento que Trump construyó. Durante años, influencers MAGA como Laura Loomer, Jack Posobiec o Tucker Carlson alimentaron teorías sobre una “lista de clientes” oculta que expondría a la élite liberal. Trump mismo prometió en campaña desclasificar todo. Pero al llegar al poder, priorizó proteger nombres –incluido el suyo, que aparece en documentos ya publicados sin implicarlo en delitos– y llamó el tema “engaño demócrata”.
La rebelión de Greene, Massie y otros muestra que, por primera vez en años, sectores ultraconservadores pueden desafiar abiertamente al presidente sin ser silenciados de inmediato. “MAGA ya no es monolítico; la base populista ahora tiene poder real para presionar al liderazgo”, analizan expertos.
¿Qué puede revelar realmente los archivos?
Aunque la expectación es máxima, expertos advierten que gran parte del material ya es público o podría quedar protegido por excepciones legales. No existe una “lista de clientes” formal, según memorandos previos del DOJ. Sin embargo, la divulgación sistemática podría aclarar:
- Vínculos de Epstein con figuras como Bill Clinton, el príncipe Andrew o Larry Summers.
- Detalles sobre su muerte en prisión (oficialmente suicidio).
- Posibles encubrimientos en investigaciones federales.
La fiscal general Bondi prometió “seguir la ley”, pero advirtió que protegerá investigaciones activas y víctimas. Fuentes del DOJ indican que la publicación será “masiva pero redactada”.
Con la firma de Trump, el reloj corre: antes del 20 de diciembre de 2025, Estados Unidos conocerá más sobre uno de los escándalos más tóxicos de las últimas décadas. Lo que revele no solo afectará reputaciones individuales, sino que podría reconfigurar alianzas políticas en el corazón del MAGA. Por ahora, el caso Epstein ha demostrado que incluso el presidente más dominante puede ser forzado a ceder ante su propia base.
