Opus Dei: Desvelando el enigma de la fe, el poder y la influencia
El Opus Dei, u «Obra de Dios», es una poderosa organización dentro de la Iglesia católica. Ejerce una influencia considerable en el Vaticano y mantiene vínculos con los papas. Para muchos, este grupo católico ultraconservador es un misterio, a menudo visto como una secta peligrosa. Sin embargo, el Opus Dei proyecta una imagen diferente y positiva. Sus aproximadamente 90 000 miembros en todo el mundo suelen guardar silencio sobre su funcionamiento interno. No obstante, antiguos miembros comparten relatos de manipulación y presión. Este artículo explora la verdadera naturaleza del Opus Dei, su historia, su alcance global y las experiencias de quienes han formado parte de él.
Las raíces del Opus Dei
El Opus Dei tuvo su origen en Madrid, España. En 1928, un joven sacerdote llamado Josemaría Escrivá fundó la organización. Afirmaba que la inspiración divina le había guiado para crear «la Obra de Dios». Su misión era integrar los valores cristianos en la vida cotidiana y, en última instancia, cristianizar el mundo.
El ascenso al poder en España
La Guerra Civil Española marcó un punto de inflexión para el Opus Dei. La organización, junto con el gobierno de Navarra, apoyó al general Franco. Tras la victoria de Franco, el Opus Dei gozó de un considerable favor. Navarra se convirtió en una región especial con su propio sistema tributario, lo que permitió al Opus Dei recibir un trato fiscal favorable y numerosos privilegios. El propio Escrivá afirmó que Dios señaló a Navarra como el lugar elegido.
Esta alianza con el régimen nacionalcatólico de Franco resultó fructífera. Miembros del Opus Dei, a menudo denominados «la élite de Dios», asumieron roles importantes. Se introdujeron en la política, los negocios y otros ámbitos clave. A principios de la década de 1960, ministros del Opus Dei impulsaron el turismo en España y contribuyeron a la liberalización de la economía. Un ministro de Economía vinculado al Opus Dei llegó incluso a ser director del Banco de España. Posteriormente, se concedieron préstamos estatales a empresas relacionadas con el Opus Dei.
Aún hoy, persisten fuertes lazos entre el Estado español y el Opus Dei. Su influencia se percibe en la educación, el sistema judicial y, posiblemente, en la banca. La filósofa y exmiembro del Opus Dei, Ana Sánz Sá, considera que España no ha cambiado realmente desde la época de Franco. Señala una falta de comprensión y rendición de cuentas por parte de la ciudadanía ante los acontecimientos del pasado.
Dentro del Opus Dei: Estructura y creencias
El Opus Dei funciona con una estructura jerárquica estricta. Fernando Ocáriz es actualmente su prelado. Alrededor del 2% de sus miembros son sacerdotes. Aproximadamente el 10% son numerarios que viven en centros del Opus Dei, observan el celibato y están separados por género. Las auxiliares, mujeres asistentes, cocinan y limpian en los centros masculinos.
El grupo más numeroso lo forman los «supernumerarios». Estos miembros llevan una vida privada y pueden casarse. Aplican las ideas del Opus Dei a su vida cotidiana.
Presencia global
Desde sus inicios en España, Portugal e Italia, el Opus Dei se expandió rápidamente después de 1945. Llegó a Alemania, Francia e Inglaterra. Posteriormente, estableció centros en América del Norte y del Sur. Hoy en día, opera en 90 países, incluyendo partes de África y Europa del Este.
El Opus Dei tiene su base más fuerte en España, con unos 35.000 miembros. Italia cuenta con otros 4.000. Alemania tiene unos 600 miembros, entre clérigos y laicos.
La conexión alemana
La sede alemana del Opus Dei se encuentra en Colonia. Desde hace tiempo recibe el apoyo de la archidiócesis de Colonia, primero del cardenal Meisner y después del cardenal Woelki. Esta estrecha relación no es del agrado de todos. Colonia es una de las archidiócesis más ricas del mundo, lo que la hace atractiva para grupos católicos ultraconservadores como el Opus Dei, los Legionarios de Cristo y el Camino Neocatecumenal. Estos grupos se han establecido cerca de la catedral y han recibido el apoyo de obispos.
Algunos sacerdotes de la archidiócesis de Colonia temen criticar abiertamente al Opus Dei. Creen que criticarlo podría acarrearles problemas, aunque no les cueste sus puestos. Este temor sugiere que el Opus Dei ostenta un poder real.
Christoph Bockamp, vicario regional del Opus Dei en Alemania desde hace más de 25 años, ve con buenos ojos la creciente popularidad de la organización. Afirma que el Opus Dei no da abasto con las peticiones de expansión que reciben de obispos de todo el mundo. Destaca su «maravilloso mensaje» para la vida cotidiana, centrado en el amor y la misericordia.
Santificando la vida cotidiana
Los escritos internos del Opus Dei hablan de «santificar la vida cotidiana» y «cristianizar la sociedad». Bockamp lo explica como la integración de los valores cristianos en el trabajo y las actividades diarias. Significa que el cristianismo no debe limitarse a los servicios religiosos, sino que debe extenderse a la sociedad fuera de la iglesia.
Sin embargo, críticos como el teólogo Peter Kreeft ven un problema. Si bien la idea básica de integrar la fe en la vida es buena, el Opus Dei desarrolla una mentalidad elitista. Persigue intereses de poder y objetivos político-eclesiales específicos, como se evidencia en su historia. Esto altera el significado de «cristianizar la sociedad» y «santificar la vida cotidiana».
Vida dentro y después del Opus Dei
Los antiguos miembros suelen describir experiencias muy alejadas del amor y la misericordia. Hablan de estricta obediencia y mortificación. Una antigua miembro, que quería ser enfermera, ingresó en un centro de formación de personal doméstico en Colonia. Al principio desconocía su vinculación con la Iglesia. Poco a poco fue familiarizándose con sus aspectos religiosos y sintió el deseo de evangelizar a otros.
Como muchos grupos religiosos, el Opus Dei recluta jóvenes para captar nuevos miembros. Esta antigua miembro recordó haber asistido a una clase de costura, no para aprender a coser, sino para encontrar gente a la que invitar al centro. Ahora se da cuenta de lo entusiasmada que estaba entonces y de que habría dado su vida por ellos.
Presión y control
Muchos nuevos miembros se ven presionados para reclutar. Si fracasan, se enfrentan a problemas. Dietmar Scharmitzer, un exmiembro que ahora ayuda a otros a abandonar el Opus Dei, afirma que la organización se basa en el control. Las personas se ven presionadas a seguir las normas y son castigadas si no lo hacen. Además, se hace mucho hincapié en el rendimiento, no solo en el éxito económico, sino también en la fe. Los miembros a menudo sienten que «nunca son suficientes» y que siempre están «endeudados», lo que genera aún más presión y control.
Scharmitzer creó una plataforma en línea para exmiembros. Explica que estos a menudo se sienten culpables por haber roto sus promesas. Cree que el Opus Dei actúa como una secta al no tener claros sus objetivos. Atrae a los candidatos con entusiasmo, pero una vez que se unen, las exigencias se radicalizan. Cita al fundador: «Les quitamos todo, hasta la camisa».
La historia de Carmen Charo
Carmen Charo tenía solo 12 años cuando fue reclutada por un grupo juvenil del Opus Dei en Madrid. Era una chica tímida y reservada. El grupo la hizo sentir importante y valorada. Permaneció allí hasta los 33 años, sintiéndose constantemente presionada. Le dijeron que si se iba, sería «arrogante», «poco generosa» y le diría «no a Dios». Le advirtieron que su vida «iría muy mal». Se describe a sí misma como «carne de cañón», una presa fácil para el reclutamiento. Posteriormente sufrió una enfermedad mental debido al lavado de cerebro y la presión psicológica. Hoy, ayuda a otros a abandonar el Opus Dei.
Una vida de renuncia
Antonio Esquivias, antiguo sacerdote del Opus Dei durante 30 años, describe una vida reglamentada al detalle. Su día comenzaba a las 6 de la mañana. Esto incluía duchas frías, una hora de oración, el rosario y retiros espirituales. Después del desayuno, comenzaba el trabajo, seguido de más oraciones y exámenes por la noche. Este estricto horario era diario.
La vida implicaba muchas renuncias:
- Solo se permitían libros preseleccionados.
- Ni cine ni teatro.
- No asistir a partidos de fútbol.
- Estricto control financiero: cada gasto, incluso un billete de metro, debía registrarse y justificarse. Cualquier compra importante, como pantalones, requería consulta.
El libro del fundador, "Camino", afirma: "Tu deber es ser un instrumento... obedecer como un instrumento obedece en manos de un artista, sin considerar por qué hace esto o aquello". Esto resalta la importancia de la obediencia.
Mortificación y disciplina
Los antiguos miembros también hablan de mortificación física. Una exmiembro recordó usar un cilicio, una cadena de metal con pequeñas púas que llevaba en el muslo durante dos horas al día. También describió el uso de un látigo con nudos como penitencia. Otras prácticas incluían duchas frías, dormir en el suelo dos veces por semana o dormir con una guía telefónica como almohada. Los numerarios, por principio, dormían sin colchón.
Christoph Bockamp considera la mortificación una tradición piadosa, una pequeña forma de recordar el sufrimiento de Cristo. La compara con las prácticas de la Madre Teresa y del Papa Juan Pablo II. Afirma que no tiene nada que ver con dañar el cuerpo.
Sin embargo, los críticos consideran estas prácticas extremas. Creen que reflejan fantasías extremas de violencia y desprecio por el cuerpo. Si bien la Iglesia tiene una larga historia de misoginia y desprecio por el cuerpo, especialmente el de las mujeres, estas prácticas se llevan al extremo dentro del Opus Dei.
Influencia y poder en la Iglesia
El Opus Dei aspira a ser un actor principal dentro de la Iglesia Católica. Esto implica construir una sólida red y ganar influencia.
Conexiones en Colonia
La influencia del Opus Dei en la archidiócesis de Colonia es evidente. Dos hombres cercanos al cardenal Woelki también están vinculados al Opus Dei. Su mano derecha, el vicario general Markus Hofmann, es miembro de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, organización relacionada con el Opus Dei. El obispo auxiliar suspendido Dominikus Schwaderlapp también está cerca de la Obra de Dios.
La archidiócesis niega la influencia del Opus Dei sobre el cardenal Woelki. El propio Woelki afirma no ser miembro y considera al Opus Dei como a cualquier otro grupo eclesiástico. Sin embargo, el teólogo Peter Kreeft señala que el Opus Dei lleva mucho tiempo establecido en Colonia, incluso antes del cardenal Woelki. Cree que el clero poderoso e influyente de Colonia apoya al Opus Dei, lo que hace imposible que un arzobispo se oponga a él.
La iglesia de San Pantaleón en Colonia pone de manifiesto esta influencia. En 1987, se confió a sacerdotes del Opus Dei para su cuidado espiritual, lo que en la práctica otorgó al Opus Dei su propia iglesia en Colonia. Esta decisión provocó indignación en su momento, con dimisiones en el consejo parroquial y el abandono de muchos feligreses. En 2005, el Papa Benedicto XVI visitó San Pantaleón, siendo la única iglesia de Colonia que seleccionó para una reunión. Esto demuestra su importancia como centro del Opus Dei en Alemania.
La conexión con el Vaticano
El fundador, Escrivá, se trasladó a Roma en 1946 para consolidar la posición del Opus Dei en el Vaticano. Trabajó discretamente para convertir a la organización en una fuerza de élite dentro del Vaticano. El papa Juan Pablo II, entonces cardenal, ya mostraba gran simpatía por Escrivá y el Opus Dei.
Siete años después de la muerte de Escrivá en 1975, el papa Juan Pablo II convirtió el Opus Dei en una prelatura personal. Este hecho, sin precedentes en la historia de la Iglesia, colocó a la organización directamente bajo la autoridad del Papa. En 2002, el papa Juan Pablo II canonizó a Escrivá, menos de treinta años después de su fallecimiento, lo cual también es inusual.
El Opus Dei celebró la elección de Joseph Ratzinger como Papa Benedicto XVI en 2005. Benedicto XVI también apoyó al Opus Dei, nombrando a algunos de sus sacerdotes obispos en el Vaticano. Compartía su objetivo de fortalecer la fe. Si bien el Papa Francisco es jesuita y no se le considera un firme defensor, permite que el Opus Dei siga funcionando y ha nombrado a algunos de sus miembros obispos auxiliares.
La red y la fortaleza financiera del Opus Dei
El legado de Escrivá perdura casi 50 años después de su muerte. Su red, especialmente en su país natal, España, sigue siendo sólida.
Instituciones educativas
El Opus Dei es propietario de la Universidad de Navarra en Pamplona. Manuel Milera, arquitecto y exconcejal, estudió allí. Critica la donación de 1,2 millones de metros cuadrados de terreno, antiguamente un parque público, que recibió la universidad. Considera que la matrícula no debería ser gratuita, pero asciende a 18.000 € anuales, muy por encima de la media española.
El Opus Dei se dirige a estudiantes que pueden alcanzar altas posiciones sociales, como ministros, reyes, papas u obispos. Esto les ayuda a colocar a sus seguidores en puestos de poder.
Además de la Universidad de Navarra, la red del Opus Dei incluye:
- La Pontificia Universidad de la Santa Cruz en Roma.
- Hospitales en Pamplona y Madrid.
- Escuelas de negocios en España, Estados Unidos, Brasil y Alemania.
- Cientos de escuelas y jardines de infancia.
- Numerosas fundaciones y asociaciones.
Estas inversiones parecen dar sus frutos. La escuela de negocios IESE de Barcelona, que también forma parte de esta red, ha sido reconocida como la mejor del mundo por el Financial Times en múltiples ocasiones. Desde 2015, cuenta con una sede en Múnich. Si bien no es necesario ser católico para cursar el programa, el curso de dos años tiene un coste superior a los 70 000 €.
Influencia en la justicia y las finanzas
Se cree que el sistema judicial español está influenciado por el Opus Dei. El exjuez Santiago Vidal afirmó en el diario Público que "un tercio del colectivo judicial en España pertenece al Opus Dei".
Las inversiones en colegios privados subvencionados por el Estado, mayoritariamente religiosos, aumentaron un 7% en España en 2020. Mientras tanto, las inversiones en colegios públicos cayeron un 5%, según El País . Esto demuestra la creciente influencia del Opus Dei en la educación.
Miembros del Opus Dei ocupan cargos en instituciones poderosas, como el Banco Central Europeo, donde Luis de Guindos es vicepresidente. La jueza María Elósegui, representante de España ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en Estrasburgo, también mantiene estrechos vínculos con el Opus Dei. Esta organización busca activamente influir en la política, la economía, la cultura, la justicia y la academia. Su objetivo es estar donde está la élite o formar parte de ella.
Alegaciones inquietantes
Los testimonios de antiguos miembros y sus familias suscitan serias dudas sobre el Opus Dei. La familia de Josefina Hurtado relata una historia estremecedora sobre la muerte de su padre. Sus padres fueron supernumerarios y su hermano Fernando es sacerdote del Opus Dei.
Un día, su padre le contó que Fernando le había dicho que moriría en cuatro días. Su padre tenía cáncer de pulmón, pero no era terminal. Cuatro días después, falleció en extrañas circunstancias. Josefina, que entonces ejercía la medicina en Inglaterra, supo que un médico del Opus Dei había estado entrando y saliendo del apartamento de su padre. Sospecha que su hermano, el sacerdote y otros fueron los responsables de la muerte de su padre.
Un informe toxicológico reveló que a su padre le habían administrado tranquilizantes. Le habían suspendido la medicación para el corazón y no había bebido suficientes líquidos. La familia encontró un documento del fundador del Opus Dei, Escrivá. En él se describía a un sacerdote preparando a alguien para el «abrazo de Dios» y a un médico administrando una «inyección». El portavoz del Opus Dei calificó estas acusaciones de «estúpidas» y negó la existencia del documento. Sin embargo, el documento sí aparece en el libro de Escrivá, Meditaciones, Parte 4 , página 695.
Los archivos judiciales del caso del padre de Josefina Hurtado revelaron una investigación por posible homicidio y una presunta falsificación de testamento a favor del Opus Dei. Sin embargo, las pruebas no eran concluyentes. Josefina Hurtado falleció en 2020 y su familia decidió no continuar con el caso. Ella había declarado que el Opus Dei había destrozado a su familia y que sus padres se dieron cuenta de que habían sido engañados.
Abandonando el Opus Dei
Escrivá recalcó que era fácil abandonar el Opus Dei, pero los exmiembros cuentan una historia distinta. Describen una enorme presión para que reconsideraran su decisión. Una exmiembro relató cómo su padre tuvo que amenazar con acudir a la prensa para conseguir que el Opus Dei la liberara y le proporcionara una pequeña suma para el primer alquiler y la fianza.
El vicario regional Bockamp niega haber sufrido presiones. Afirma que las decisiones sobre la vocación son libres, al igual que las decisiones de cambiarla. Dice no recordar ningún caso de presión en sus 25 años como vicario regional.
Sin embargo, los críticos afirman que quienes ostentan el poder tal vez no reconozcan sus acciones como presiones. Se trata, en definitiva, de una cuestión de perspectiva. Quienes ven en el Opus Dei una vocación personal no comprenden las acusaciones. En cambio, quienes lo abandonan suelen criticarlo duramente.
El futuro del Opus Dei
Mientras las diócesis alemanas pierden fieles, el Opus Dei afirma no tener problemas para atraer nuevos miembros. Muchos de los que ahora abandonan la Iglesia creían que estaba cambiando. Pero quienes buscan orden, jerarquía y autoridad en la Iglesia no disminuyen. Creen que, con la desaparición de los «librepensadores», quedará el «rebaño puro», y grupos como el Opus Dei tendrán una mayor presencia.
La Iglesia católica se enfrenta a una disyuntiva: abrirse al mundo o permanecer como bastión de la fe. El papa Francisco no ha tomado una decisión clara. Para el Opus Dei, esto es vital para su futuro. Su importancia no es la misma que en las décadas de 1970 y 1980, pero aspira a desempeñar un papel crucial en el próximo cónclave para impedir la elección de un papa progresista.
El Opus Dei posee una considerable riqueza, propiedades y empresas controladas indirectamente. Esto garantiza su presencia e influencia constantes, aunque no a través de medios pastorales. Se dice que el Opus Dei es paciente, confiando en que «la eternidad está de su lado».
Conclusión
El Opus Dei sigue siendo una organización misteriosa. No es un grupo criminal ni una «mafia santa». Sin embargo, la transparencia y la apertura no son sus señas de identidad. La fe, el poder y el dinero constituyen su núcleo. Si los testimonios de antiguos miembros son ciertos, las personas son manipuladas y presionadas. En estos casos, la obediencia parece eclipsar la misericordia y el amor al prójimo.
