Mientras la luz del amanecer se filtraba a través del dosel de la selva amazónica, una colorida criatura con “piel tóxica” trepaba por las plantas usando sus “grandes” patas. Al detenerse en una hoja, emitió un canto similar al de un grillo con la intención de atraer a una pareja, pero lo que hizo fue llamar la atención de una expedición de científicos que investigaban la zona.
El animal resultó ser una nueva especie “extraordinaria”.
El equipo de investigadores se adentró en la cuenca del río Juruá, en el noroeste de Brasil, “una de las regiones más difíciles de acceder y menos conocidas de toda la selva amazónica”, en 2023 y 2024 para estudiar la fauna, según un estudio publicado el 14 de mayo en la revista especializada PLOS One.
Durante sus recorridos, los expertos escucharon algunos trinos similares a los de un grillo provenientes de los árboles y encontraron docenas de ranas de colores brillantes, según el estudio. Intrigados, capturaron a varias ranas, las observaron más de cerca y analizaron su ADN.
Los investigadores pronto se dieron cuenta de que habían descubierto una nueva especie: Ranitomeya aetherea, o rana venenosa celestial.
Las ranas venenosas celestiales se consideran pequeñas, toda vez que alcanzan cerca de media pulgada de largo, dijo el estudio. Tienen una piel tóxica y cuerpos robustos, con brazos delgados y patas relativamente grandes.
Las fotos muestran la coloración marrón rojiza oscura de la nueva especie. Varias rayas azul cielo recorren su espalda y sus patas tienen un tono metálico cobrizo.
Los investigadores explicaron que nombraron a la nueva especie con la palabra latina que significa “celestial” porque sus coloridas rayas son de un tono azul que recuerda al cielo. “Además, atribuimos este nombre a la sensación de encanto y delicadeza que uno siente al encontrarse con estas ranas, como si fueran de otro mundo“, escribieron.
Las ranas venenosas celestiales están activas principalmente temprano en la mañana y al final de la tarde y suelen encontrarse en palmeras, a veces a unos 13 pies del suelo, apuntó el estudio. Se observó a las ranas trepando ágilmente, buscando alimento y cantando para atraer a una pareja. Los machos parecían territoriales y probablemente tienen un sistema de apareamiento promiscuo.
Hasta el momento, solo se han encontrado ranas venenosas celestiales en un sitio en la cuenca del río Juruá, en el estado de Amazonas, cerca de la frontera con Perú, de acuerdo con el trabajo.
La nueva especie se identificó por su canto, sus renacuajos, tamaño, coloración, forma de los dedos, textura de la piel y otras sutiles características físicas, apuntó el estudio. El análisis de ADN reveló que la nueva especie presentaba al menos un dos por ciento de divergencia genética con respecto a otras especies relacionadas.
El equipo de investigación estuvo integrado por Esteban Diego Koch, Alexander Tamanini Mônico, Jussara Santos Dayrell, Anthony Santana Ferreira, Silionamã Pereira Dantas, Jiří Moravec y Albertina Pimentel Lima.