En los últimos cuatro meses se ha sacrificado aproximadamente al 15 por ciento de las gallinas ponedoras del país, mientras que los precios han subido un 255 por ciento en el mismo periodo.
Las llamadas, mensajes de texto y correos electrónicos empiezan a llegar antes de las 6:00 a. m.: restaurantes, panaderías y otros desesperados por encontrar huevos.
Brian Moscogiuri es un intermediario de huevos. Vicepresidente de la empresa mayorista Eggs Unlimited, trabaja al teléfono en su oficina de Toms River, Nueva Jersey, hasta altas horas de la noche, intentando poner en contacto a compradores esperanzados con granjas que tienen huevos de sobra.
Pero como la gripe aviar ha provocado escasez de huevos y precios récord al por mayor —un promedio de más de 8 dólares por docena, frente a los 2,25 dólares del otoño pasado—, el trabajo de Moscogiuri ha sido cada vez menos hacer conexiones y más proporcionar terapia, dijo.
“Los compradores tienen dificultades”, dijo Moscogiuri. “Están viendo huevos que cuestan tres o cuatro veces más de lo normal”.
Los productores de huevos, sobre todo las granjas familiares más pequeñas, también están preocupados. Si una de sus gallinas diera positivo en la prueba del virus H5N1, causante de la gripe aviar, habría que sacrificar a todo el averío para evitar la propagación.
“Pueden despertarse y, potencialmente, todo tu negocio desaparecerá”, dijo Moscogiuri.
Pero hay al menos un ganador en la actual escasez, que comenzó en 2022: el mayor productor de huevos del país.
Cal-Maine Foods, que controla aproximadamente una quinta parte del mercado de huevos y vende a Walmart y a otros grandes minoristas, informó de que sus ingresos aumentaron a 954 millones de dólares en el trimestre que terminó a finales de noviembre, frente a los 523 millones de dólares del año anterior, lo que supone un incremento del 82%.
La empresa dijo que esas cifras “se vieron impulsadas principalmente por un aumento del precio medio neto de venta de huevos con cáscara, así como por un aumento del total de docenas vendidas”.
Los ingresos netos de la empresa aumentaron más de un 500 por ciento, hasta 218 millones de dólares, respecto a los niveles del año anterior, gracias al aumento de los precios, el menor costo del alimento para los animales y las adquisiciones de otros operadores. Y los precios se han disparado aún más desde que la empresa publicó su estado financiero trimestral.
La industria de producción de huevos se ha consolidado en las tres últimas décadas.
Cal-Maine ha adquirido más de dos decenas de empresas desde 1989, y junto con otros cuatro grandes productores, controla aproximadamente la mitad del mercado de huevos de Estados Unidos.
Las demás son privadas y no hacen públicas sus finanzas.
La segunda mayor del grupo, Rose Acre Farms, tiene 17 instalaciones en siete estados del Sur y el Medio Oeste. Otro gran productor, Daybreak Foods, suministra huevos a McDonald’s, y Hillandale Farms vende en tiendas de comestibles con su propio nombre y como marca blanca. (Ninguna de las empresas respondió a las solicitudes de entrevistas).
Millones de aves infectadas o muertas
La gripe aviar que afectó a Estados Unidos en 2022 ha infectado o matado hasta ahora a 162 millones de aves, reduciendo drásticamente el número de gallinas ponedoras. Cal-Maine ha informado de brotes en dos de sus granjas en los dos últimos años, que provocaron la pérdida de 2,6 millones de pollos y gallinas jóvenes.
Pero mientras los consumidores se enfrentan a estanterías vacías en sus tiendas de comestibles y los precios se disparan en algunos lugares a más de 10 dólares por una docena de huevos, la concentración de la producción de huevos en pocas manos está suscitando preocupación, avivada por hallazgos anteriores.
Hace dos años, los mayores productores fueron declarados responsables de inflar los precios en la década de 2000. Ahora, algunos legisladores piden que los reguladores federales investiguen el sector.
“Los productores de huevos y las tiendas de comestibles pueden aprovechar el actual brote de gripe aviar como una oportunidad para restringir aún más la oferta o subir los precios de los huevos para aumentar las ganancias”, declaró el mes pasado en una carta al presidente Donald Trump un grupo de legisladores demócratas, encabezados por la senadora Elizabeth Warren de Massachusetts.
Presión política
Desde que los efectos de la gripe aviar empezaron a manifestarse en los precios de los huevos, el humilde huevo se ha convertido en un ariete político.
Durante la campaña presidencial, Donald Trump culpó al gobierno de Joe Biden de la inflación y prometió bajar los precios para los consumidores.
Ahora, los demócratas han dado la vuelta a la tortilla, preguntando por qué el gobierno de Trump no está haciendo más para hacer frente a los precios de los huevos, que siguen subiendo.
“Donald Trump prometió bajar los precios de los alimentos el ‘día 1’”, dijo Warren en una declaración a The New York Times. “Las familias trabajadoras necesitan alivio ya”.
El 16 de febrero, Alvaro Bedoya, comisario demócrata de la Comisión Federal de Comercio, acudió a las redes sociales y presionó a Andrew Ferguson, nuevo jefe de la Comisión Federal de Comercio (FTC por su sigla en inglés) de Trump, para que “prestara atención a lo que ocurre en las estanterías de los supermercados” e investigara las prácticas de la industria del huevo.
“No sé lo que está ocurriendo en la industria del huevo, pero desde luego parece que deberíamos investigarlo y ver si hay conductas anticompetitivas que estén perjudicando a los consumidores”, dijo Bedoya en una entrevista.
La FTC recibió peticiones similares de grupos de defensa y legisladores durante el gobierno de Biden, que no anunció una investigación antimonopolio sobre los productores de huevos.
Bedoya dijo que gran parte de los recursos de la agencia en aquel momento se dedicaban a otros esfuerzos antimonopolio, incluido el escrutinio de la industria de comestibles.
“Esa capacidad se ha abierto”, dijo, refiriéndose a la agencia ahora que ha concluido su caso antimonopolio contra la fusión de dos gigantescas cadenas de supermercados, Kroger y Albertsons.
Ese caso, que llegó a juicio el año pasado, terminó con una orden judicial que impedía la fusión.
Los críticos también dicen que el sector de los huevos necesita un examen más detenido.
En una carta enviada el 12 de febrero a la FTC y al Departamento de Justicia, Farm Action, un grupo que se opone a los monopolios empresariales en la alimentación y la agricultura, pidió a las agencias que investigaran la posible monopolización y coordinación anticompetitiva en el sector.
“Hay humo que sugiere que puede haber fuego debajo”, dijo Basel Musharbash, abogado principal de Antimonopoly Counsel, un bufete de derecho y política antimonopolio, quien dirigió la investigación para la carta de Farm Action.
“Los incentivos están ahí, el poder está ahí para restringir la oferta, y parece que necesitamos que la FTC o el DOJ miren y nos digan si ese poder se está utilizando realmente”, dijo refiriéndose al Departamento de Justicia por su sigla en inglés.
El grupo sostiene que las pérdidas derivadas del sacrificio de gallinas ponedoras han sido “relativamente modestas” en relación con el tamaño de la bandada estadounidense de ponedoras, mientras que los márgenes de ganancia de los productores se han disparado.
Según datos de Expana, que hace un seguimiento de los precios de los huevos, en los últimos cuatro meses se ha sacrificado aproximadamente el 15 por ciento de las gallinas ponedoras del país, mientras que los precios al por mayor de los huevos en el mismo periodo han subido un 255 por ciento.
La dinámica de los precios
Sin embargo, la dinámica de los precios no es sencilla, dijo Jada Thompson, profesora asociada de economía agrícola de la Universidad de Arkansas.
“Si el 15 por ciento de los huevos está fuera del sistema, los precios deberían subir un 15 por ciento, ¿no? Pero si soy panadera y tengo que hacer pan para mi negocio de panadería, sigo necesitando huevos”, dijo. “Voy a pujar más que tú para conseguir mis huevos”.