3 desafíos que enfrentan Alemania y su exitoso modelo económico (y por qué las elecciones de este domingo son clave para que el país se reinvente)

 Alemania

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Alemania elige este domingo a su nuevo gobierno en un momento crítico.

Con una economía estancada, un contexto internacional cada vez más hostil por el giro de la política exterior de Estados Unidos con Donald Trump y una ultraderecha en auge que cuestiona algunos de los consensos que han sustentado su modelo en las últimas décadas, los alemanes acuden a las urnas este domingo con la extendida sensación de que su país necesita cambios profundos y urgentes.

Las encuestas pronostican que la fuerza más votada serán los democristianos de la CDU, con Friedrich Merz como candidato, seguidos de la ultraderechista Alternativa por Alemania (AFD), que obtendría los mejores resultados de su historia.

El Partido Socialdemócrata (SPD) del canciller Olaf Scholz caería a la tercera plaza y pagaría el desgaste de los enfrentamientos y la división que ha sufrido su gobierno de coalición con liberales y ecologistas.

La gran incógnita que se perfila en los sondeos es si Merz será capaz de formar un gobierno lo bastante estable para acometer las reformas que requiere un país que fue durante décadas ejemplo de éxito y liderazgo europeo y cuyo modelo económico y papel global parecen ahora agrietarse.

¿Cómo llegó Alemania a la encrucijada actual?

El democristiano Friedrich Merz, a la derecha, aparece como el candidato más votado en las encuestas. A la izquierda Robert Habeck, candidato del Partido Verde.
El democristiano Friedrich Merz, a la derecha, aparece como el candidato más votado en las encuestas. A la izquierda Robert Habeck, candidato del Partido Verde. [Getty Images]

1. El reto del regreso de Trump a la Casa Blanca

El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca le ha dado un giro radical a la política exterior de Estados Unidos que ha obligado a Alemania, como a los otros miembros europeos de la OTAN, a replantear rápidamente la suya.

Trump es muy crítico con sus aliados europeos, a los que acusa de no gastar lo suficiente en defensa y abusar del paraguas militar de Estados Unidos desde hace décadas.

En menos de un mes en el poder, el presidente ha hecho temblar el suelo que pisaba Alemania con su decisión de iniciar una negociación sobre Ucrania con la Rusia de Vladímir Putin al margen de los europeos y ha dejado claro que ni Alemania ni el resto de los países de la UE pueden dar por sentado que Estados Unidos acudirá en su ayuda en caso de ataque a su territorio.

El discurso pronunciado por su vicepresidente, J. D. Vance, en Múnich el 14 de febrero, en el que lanzó duros ataques contra los líderes europeos causó perplejidad en Alemania y fue rechazado como "inaceptable" por su ministro de Defensa, Boris Pistorius.

Un caza alemán despega.
Trump acusa a Alemania y sus aliados europeos de no invertir lo suficiente en su defensa. [Getty Images]

Karl-Heinz Kamp, de la Academia Federal Alemana para Políticas de Seguridad, le dijo a BBC Mundo que "el modelo por el que los estadounidenses daban la seguridad y Alemania podía dedicarse a crecer y prosperar se ha acabado" con la segunda presidencia de Trump.

En un país en el que los gobiernos fueron durante décadas muy reticentes a invertir en su ejército por el traumático recuerdo de la Segunda Guerra Mundial y el militarismo nazi, la invasión rusa de Ucrania de 2022 ha obligado a replantearse las cosas a los políticos y la población.

Alemania ha incrementado en los últimos años su gasto en defensa y el gobierno de Scholz rompió en 2022 con décadas de tradición pacifista al aprobar el envío de armamento letal a Ucrania para repeler la invasión rusa, un cambio histórico que, según las encuestas fue bien acogido por la ciudadanía.

Merz señaló que "fue un cambio fundamental en la política de Alemania, pero luego se detuvo".

"El próximo canciller tendrá que profundizar en él y llevarlo al siguiente nivel", indica el experto.

El gran problema estriba en que Alemania se ve obligada a invertir más en defensa en un momento malo para su economía.

El gasto social y la financiación de sus generosos servicios públicos han sido tradicionalmente la prioridad, pero las amenazas de un mundo en que las garantías de seguridad de Estados Unidos y la OTAN están en duda podrían obligar a los alemanes a tomar decisiones presupuestarias dolorosas si el próximo gobierno no logra reactivar el crecimiento económico.

2. Una industria desfasada y una economía estancada

Alemania lució muchos años con orgullo el título de "locomotora europea", una etiqueta que a menudo le colgaba la prensa internacional para reflejar que lideraba e impulsaba el crecimiento económico en la Unión Europea.

Impulsada por su industria y la energía barata que llegaba de Rusia, Alemania crecía dinámicamente y generaba empleo principalmente gracias a la exportación de autos y otros productos de alto valor añadido a sus socios europeos y a los mercados masivos de Estados Unidos y China.

Pero ese crecimiento se ha detenido en los últimos años.

El Producto Interno Bruto de Alemania se redujo un 0,3% interanual en 2023 y se estima que un 0,1% en 2024. Según las previsiones de la Comisión Europea, el crecimiento se recuperará lentamente y este año no superará el 0,7%.

Wolfgang Münchau, economista y director del medio especializado Eurointelligence, le dijo a BBC Mundo que "el milagro económico alemán se ha terminado" debido a decisiones tomadas en la época de bonanza de la canciller Angela Merkel.

"En la década de 2010, Alemania aumentó su dependencia del gas ruso, invirtió menos en fibra óptica e infraestructura digital, e incrementó su dependencia de las exportaciones", dijo Münchau, que cree que su país no ha sabido adaptarse a tiempo a la era digital y ahora ve cómo su hasta hace poco prestigiosa industria del motor se ve superada en la carrera hacia los autos eléctricos por una mejorada competencia china.

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