Situación económica en Centroamérica y su impacto en la economía informal

DAVID FERNANDO RAUDALES
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Panorama macroeconómico regional

Centroamérica enfrenta un crecimiento moderado para 2025, con proyecciones del Banco Mundial que oscilan entre 2.7% para El Salvador y 4% para Guatemala56. Honduras y Nicaragua se ubican en rangos del 3.5%-3.6%, mientras Panamá repuntaría a 3% tras una desaceleración en 202457. Estos datos reflejan una región que, aunque resiste mejor que otras zonas a una posible recesión global3, sigue vulnerable a factores externos como la desaceleración del nearshoring y las tensiones comerciales entre EE.UU. y China18.

La inversión extranjera directa (IED) muestra un desempeño desigual: se espera un aumento del 13% en 2024, pero con una desaceleración al 7% en 20251. Sectores como la minería –con proyectos en El Salvador y Costa Rica– podrían reactivar flujos, aunque persisten riesgos como políticas proteccionistas estadounidenses15.

Economía informal: motor crítico y vulnerable

La informalidad en Centroamérica abarca entre 40-60% del empleo total, según estimaciones regionales no oficiales. Este sector, que incluye comercio ambulante, agricultura de subsistencia y servicios no regulados, actúa como colchón social ante la escasez de empleo formal, pero profundiza problemas estructurales:

  • Baja recaudación fiscal: Limita la capacidad de los estados para invertir en infraestructura y programas sociales1.

  • Precarización laboral: Ausencia de seguridad social, jornadas irregulares y salarios por debajo del mínimo legal1.

  • Exposición a crisis: Durante desaceleraciones, como la proyectada para 2025, los trabajadores informales son los primeros en sufrir caídas en el consumo24.

El contexto inflacionario actual, impulsado por la inestabilidad global4, agrava esta situación. El aumento en precios de alimentos y combustibles reduce el poder adquisitivo, especialmente en hogares dependientes de ingresos informales28.

Factores de presión en 2025

  1. Desaceleración del consumo: El 55% de los centroamericanos anticipa que la situación económica empeorará2, lo que contraerá la demanda de bienes y servicios informales.

  2. Cambios en políticas migratorias: Restricciones en EE.UU. podrían reducir las remesas –clave para economías como Honduras y El Salvador– afectando el flujo de capital hacia negocios informales1.

  3. Falta de financiamiento: La mayoría de los emprendimientos informales carecen de acceso a créditos, limitando su capacidad para modernizarse o absorber shocks58.

Escenarios y desafíos

Mientras Guatemala y Costa Rica mantienen cierta estabilidad67, países con mayor informalidad –como Honduras y Nicaragua– requerirán políticas específicas:

  • Programas de formalización progresiva: Combinando incentivos fiscales con simplificación regulatoria.

  • Fortalecimiento de redes de protección: Ampliación de transferencias condicionadas para reducir la vulnerabilidad de los trabajadores no registrados5.

  • Inversión en educación técnica: Para facilitar la transición hacia empleos formales en sectores con demanda creciente, como logística y manufactura ligera15.

La incertidumbre global, incluido el bajo crecimiento chino y las tensiones geopolíticas8, exacerbará las desigualdades en una región donde la economía informal sigue siendo el sustento diario de millones.


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